¡Oh mi buen Señor, mi adorable Jesús de los Milagros,
Rey del universo, Rey de mi corazón,
Padre de misericordia y Dios de toda consolación!,
¡oh dulcísimo Nazareno!,
caudalosa y clara fuente de bondad
que tanto das a quien con fe y humildad te pide:
dame un poco de tu Santo Amor, de tu generoso auxilio,
yo ....... ante tu devotísima y milagrosísima Imagen,
que tantos prodigios ha obrado y obra,
te presento mi amor y perpetua adoración.
Rey del universo, Rey de mi corazón,
Padre de misericordia y Dios de toda consolación!,
¡oh dulcísimo Nazareno!,
caudalosa y clara fuente de bondad
que tanto das a quien con fe y humildad te pide:
dame un poco de tu Santo Amor, de tu generoso auxilio,
yo ....... ante tu devotísima y milagrosísima Imagen,
que tantos prodigios ha obrado y obra,
te presento mi amor y perpetua adoración.