Madre mía de los Dolores, Madre de Misericordia,
Dolorosa Virgen María llena de gracia y virtud,
Santísima Señora dotada de gran Piedad
que eres nuestro dulcísimo Socorro ante Dios,
de la mañana a la noche te llevo en mi corazón,
pues en Ti encuentro consuelo, en Ti hallo la Luz,
contigo me siento amparado-a, contigo tengo la paz,
y a Ti recurro con fe y esperanza
cuando la adversidad y el desconsuelo inunda mi vida.
Santísima Señora dotada de gran Piedad
que eres nuestro dulcísimo Socorro ante Dios,
de la mañana a la noche te llevo en mi corazón,
pues en Ti encuentro consuelo, en Ti hallo la Luz,
contigo me siento amparado-a, contigo tengo la paz,
y a Ti recurro con fe y esperanza
cuando la adversidad y el desconsuelo inunda mi vida.