Glorioso san Benito, poderoso abogado e intercesor nuestro,
que, por tu entrega a los demás y tus muchas virtudes,
fuiste elegido por el Altísimo para protegernos y darnos auxilio
cuando sufrimos y penamos en nuestra vida terrenal,
¡oh modelo de fe y recipiente de la gracia de Dios!
he aquí que yo....... (tu nombre) lleno-a de confianza y fe en ti
me encuentro una vez más de rodillas ante tu bendita imagen
implorando me concedas tu asistencia, tu caridad y bondad,
y, confiadamente, te ruego ores por mí ante el Trono de Dios,
que es quien me sustenta y libera de toda adversidad.